Desde su título, que juega con las posibilidades significantes, el  trabajo destaca el carácter polifacético de las fiestas en este contexto. Su  registro asume un carácter caleidoscópico: como medio de evangelización y expresión  de la fe, como lugar de diversión secular y manifestación de la cultura popular  mestiza, como espacio de proyección de las formas de la sociabilidad y  representaciones de la matriz cultural indígena, donde se reafirma la  etnicidad. Uno de los aportes de esta obra es, precisamente, esta perspectiva  interpretativa que contribuye a ampliar la comprensión de la fiesta,  predominantemente marcada por la noción de sincretismo.  En las páginas de este trabajo se muestra de  modo nítido la diversidad de lecturas, diversos usos sociales y apropiaciones  que admiten las celebraciones devocionales católicas. De acuerdo al autor, la  heteroglosia es “el arco de triunfo por el que desfila la fiesta”, garantizando  su continuidad como institución cultural.  
                  
                  La etnografía visual   que sucede al ensayo, signada como “itinerario de fastos”, es el medio  de ilustración que permite la confirmación de su tesis. Para el desarrollo de  una lectura heteroglósica se emplea aquí una escritura polifónica.  El autor combina el lenguaje fotográfico y la  narrativa para presentarnos y contextualizar las fiestas, acudiendo a múltiples  voces: de testigos, protagonistas, historiadores, periodistas, prelados,  artistas e investigadores, configurando un texto multivocal.