4. Andreas Huyssen señala que la “cultura de masas es impensable sin la tecnología del siglo veinte: los medios técnicos y las tecnologías de transporte (público y privado), el hogar y el ocio. La cultura de masas depende de las tecnologías de producción y reproducción en masa y, por consiguiente, de la homogeneización de la diferencia”. Tecnologías que, además, habrían modificado radicalmente la vida cotidiana. Ver del autor: Después de la gran división. Modernismo, cultura de masas, posmodernismo. Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 1986, p.29.se trata de parte del anexo metodológico de la tesis doctoral de la autora.
5. León, Magdalena. “La familia nuclear: origen de las identidades hegemónicas femenina y masculina” en, Arango Luz Gabriela et.al., (comps.) Género e identidad. Ensayos sobre lo femenino y masculino. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1995. Pp. 169-191.
6. Valdés, Ximena, Pamela Caro y Daniela Peña. “Género, familia y matrimonio: La visión de las visitadoras sociales católicas entre 1930-1950”, en Revista de la Academia, N°6. Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 2001.
7. La autora agrega que a través de la economía doméstica no solo los conflictos de pareja, sino también los conflictos de clase se convertían en una responsabilidad femenina, ya que en lugar de participar en manifestaciones en contra del alza del costo de la vida o reclamando mejores salarios para sus maridos, se incentivaba a las mujeres la administración del ingreso familiar. Sin embargo, en la práctica este modelo fue resistido por muchas mujeres que se organizaron en grupos de consumidores autónomos.
8. Cuyo referente es el estilo de vida de la elite. Estamos hablando ciertamente, de una publicación que se orienta a las mujeres de sectores medios, pero la instalación del modelo de familia burguesa requiere de su descontextualización en términos de clase.
9. Haciendo una critica de las concepciones esencialistas a las que conducirían las oposiciones binarias hombre/mujer sostenidas en la diferencia sexual, Judith Butler postula la identidad de género desde la idea de la performatividad.
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Butler señala que el género no es una instancia prediscursiva, un punto de referencia estable, sino que puede ser comprendido como la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. La repetición de formas hegemónicas de poder que no se ajusten completamente a ellas, abren la posibilidad de resignificar el sujeto en tanto reformulación de los términos de sujeción. El fracaso de la repetición deja un espacio a la ruptura de la norma que se quiere reproducir, de tal manera que el sujeto no existe como una sustancia o construcción previa a su producción. Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Buenos Aires: Editorial Paidos, 2002, p.18.
10. Manuel Durán señala que en Chile el desarrollo del pensamiento “higienista” –cuyos orígenes en Europa se remontan al siglo XVIII - está asociado en un principio al crecimiento de las ciudades y a los peligros que traería el hacinamiento y la insalubridad en el conjunto de la sociedad, para luego ser influido por las ideas evolucionistas y darwinistas. Durán dice que esta corriente “no representó únicamente el anhelo por una mejora en las condiciones higiénicas y de salubridad, muy pronto la moral se fusionó extrañamente a la ciencia adjudicando valores al cuerpo y al espacio (…). Las enfermedades, a su criterio, correspondían a un desorden de los hábitos lo que contaminaba alma, mente y espacio. Con este fin se desarrollaron completos planes de acondicionamiento físico que se impulsaban desde los márgenes de la medicina, la moral y la educación. Una mente sana, es decir alejada de vicios y desordenes, distanciaba al cuerpo de los contagios y aseguraba una mayor productividad en el trabajo que, a su vez, fortalecía la voluntad y la disciplina lo que cerraba el círculo en torno a cuerpo, mente y alma. Así se desarrolló toda una ética liberal burguesa en torno al cuerpo al que se le consideraba esencialmente una fuente de energía sagrada destinada a la productividad del trabajo y la reproducción”. Ver: “Higienismo, cuerpo y espacio”. Tesis para optar al grado de Magister en Estudios de Género y Cultura, Universidad de Chile, 2006. Disponible en www.cybertesis.cl/tesis/uchile/2006...
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